Un día más para las madres, un día más de la familia.
Hay mujeres que tienen hijos y
otras que son Madres. Existen mujeres que no parieron hijos, pero que en su espíritu
crece el sentimiento de una madre. Hay hijos que no tiene la fortuna de conocer
o tener a sus madres; y padres que demuestran que ser madre no es solo instinto;
es sentimiento y entrega.
Ser Madre es una de las tantos
roles que no se enseñan en la escuela, pero sí en la vida. Nuestra mayor
lección es el ejemplo de nuestras familia. Nuestra más difícil decisión
concebida o no, es el asumir el gran reto de guíar, proteger y enseñar. Nuestra gran prueba será
aprender a construir las sólidas bases de aquellos que crecen y aprenden a nuestro lado. La
certificación y evaluación de nuestra labor será solo cuando podamos evidenciar
que aquellos por quienes luchamos, conservan la chispa de lucha y de
responsabilidad por aquellos quienes los(as) precederán.
En estos tiempos, es ambiguo
darle el reconocimiento solo a las madres, porque la verdadera fortaleza se
construye entorno al trabajo conjunto de la familia; la familia desde todas sus
posibles configuraciones. Aun así, quiero agradecer a las madres que han pasado
por mi vida. Muchas de ellas desde su experiencia y su inexperiencia me han
enseñado lo que implica ser madre. Con ellas he aprendido y
sigo aprendiendo que ser madre va más allá de concebir, es algo más intenso, es
algo más serio, es una lucha, es una proyección. En últimas, es algo más
consciente que circunstancial.
A todas ellas les expreso mi más
sincero cariño y admiración. Las felicito en este gran día en el que se abre un
espacio para reconocer una labor que en algunos casos es desconocido durante
todo el año. Espero que hoy sea un buen momento para compartir en familia,
porque todos los logros más que un reconocimiento particular, debería ser un
logro conjunto. Así que: feliz día mamá y feliz día familia.
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